lunes, 17 de mayo de 2010

:: chicago ... las vegas































Voy rumbo a Tokyo en un vuelo de 13.55 hrs, luego de un vuelo desde Los Angeles a New York de 5 hrs. Con un impass de 6 hrs en el aeropuerto. Evidentemente la mayoría de las personas se ponen de mal humor en los aeropuertos, Laucha ni bien empezó a sentir sueño, simplemente se durmió (bien Lau!).

Luego de New York fuimos a Chicago, una ciudad mucho más humilde que New York. A mí me encantó. Las personas se cuelgan con cosas sencillas y tontas, como unos prismas de vidrio adosados a una torre que vuela 400 m y todos / niños adultos extranjeros / se animan a pisar el vidrio, mirar abajo, hacer macacadas, sacarse muchas fotos. Disfrutan!. La gente se cuelga con Gate Could apodado por nosotros como poroto espejado. Otra vez, la gente se mira, se hace zoom, pasa por debajo, hasta menosprecian a la obra de Ghery (me incluyo). Disfrutan!. Y así con la fuente, que para mí alejada está del concepto de fuente (por suerte). La gente se descalza, toca el agua, vuelven a posar otras mil veces, se sienta entre esos dos volúmenes que vuelcan agua. En el Park Millenuim, en la rambla, la gente pesca, se sientan, miran el agua, hacen deportes, caminan. Hasta las gaviotas están felices, les juro. Y justamente eso me gustó de Chicago, la gente se apropia, no es una ciudad que te hace sentir parte o uno más. Uno en Chicago disfruta y se cuelga y camina dos pasos para colgarse otra vez.

En Chicago hay niños (nadie me lo reconoció pero estoy convencida que en N.Y. Manhattan escasean!), hay pordioseros!. Los trenes dudosos de estabilidad pasan por entre la ciudad. Los tulipanes no son perfectos, se deshojan. Y ese fue el atractivo de Chicago, lo humano, la imperfección, Chicago es más relajada, más humilde, más disfrutable.

Luego de Chicago partimos a Las Vegas, viajar entre colinas y ver los molinos de viento, un paisaje precioso. Las Vegas es una ciudad para hombres, llena de putas pagas, un lugar de liberación. Estuve dos segundos parada en la puerta del hostel, vestida de jogging y con dos maletas a mi lado (nada sexy ni provocativo) y dos tipos pasaron y los dos tipos me miraron como si pudieran hacer conmigo lo que se les antojara (por favor!). Y cuando digo lugar de liberación, es porque es donde todo está permitido: fumar adentro y tomar en la calle. Es patético. La gente se revienta. Agradezco vivir en una sociedad mucho más permisiva sin tener que viajar a otra ciudad para tomar alcohol en la rambla con amigos. Solo eso. Salí una noche y suficiente.

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laucha :)
(ya sentada en mi tatami)

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