martes, 4 de mayo de 2010

:: las hojitas flotaban en el aire + la casa de la paspada




Salimos de New York rumbo a Chicago, previo desvío por la Casa de la Cascada. Nos desviamos para ir al baño y llegamos a un pueblito (no recuerdo el nombre). No sé cómo ponerlo en palabras, es un pueblo perfecto. Para mejor entender: los cordones son de MADERA. Imaginan eso? Cordones de madera. Casas de dos pisos, pocas de ladrillo visto, jardines cuidados, personas amables. Entramos a un restaurant lujoso para ir al baño y ni dudaron en decirnos dónde quedaba. En el estacionamiento un yankee (ya cambió un poco la imagen manhattiana de cuerpos perfectos y empezamos a cruzarnos con personas más gorditas!) nos decía que las mujeres podíamos ir durmiendo 4 o 5 hrs, la mujer de él nos decía que estaba loco y él lo afirmaba. Pueblo perfecto, pueblo de película de terror.
Hicimos un poco más de ruta y buscamos por horas un hostel en un pueblito llamado Conells Bill (creo) precioso. Vacío. Solo autos. Velas detrás de algunas ventanas. Y para variar, casas como las que vemos en las películas!. Sin lugar a dudas, estos estadounidenses no tienen más fuente de inspiración que su lineal realidad. Los pueblos son como los muestran: tienen bares alejados del pueblo con vehículos parados afuera!!, graneros gigantes, lugares gigantes donde venden autos, y lo reconozco los hots dogs han mejorado notablemente. No apareció nada y a las 2 de la mañana nos resignamos a dormir en la camioneta y auto. Los que me conocen, saben que eso para mí no es ningún problema. Fui la única que durmió tanto en el viaje y la única que durmió las 5 hrs en la camioneta sin despertarse una sola vez. No sé por qué pero esta camioneta es súper cómoda, tiene detalles bien yankees; como arriba del conductor para guardar los lentes de sol. Práctico, lindo, simple, útil.
No sé cómo será el resto de USA, pero por lo poco que he estado y recorrido, entiendo mucho más ese fanatismo por este país. Los caminos donde circulamos son hermosos también. A los costados las hojitas parecen flotar. Frenamos y escuchamos entre la oscuridad el ruido de la cascada.
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Algo Laucha: en las estaciones de servicio primero te dan la comida y después pagás, casi no controlan o eso parece. Tomé café con leche y tienen unos cositos que podés ponerle el sabor que quieras: frutilla, vainilla, chocolate, café negro, etc. Probé con chocolate y queda muy rico!. Comimos 2 hot dogs por 1 dólar, una ganga y mucho más ricos que los de Central Park, solo con kétchup y mayonesa. Las golosinas que probé están bien, venden tortas y magdalenas empaquetadas, no sé que les ponen pero siempre están como recién hechas!. La fruta se consigue mucho más fácil de lo que pensé: 5 bananas por 1 dólar. Te venden el melón ya cortadito y te lo dan con un tenedor y servilletas (en la calle) o ensaladas de fruta (no es más que fruta cortada y cada uno elige lo que quiere ponerle: frutillas, melones de 2 tipo, sandía, mango, banana, manzana, ananá, etc.). Comimos en un lugar donde la comida es por peso y había carne salada dulce, para mí un placer y los macarrones con queso, recomendados.
La Casa de la Paspada.
Me emocioné a los dos minutos de estar en la Casa de la Cascada. Dimos muchas vueltas previas para llegar, muchos enojos y berrinches, mucha mucha cara larga. Nuestra primera noche en camioneta fue todo un tema; la mayoría de la gente no puede dormir aquí. Agradezco ser una excepción en ese sentido!. Es increíble, a pesar de mis proporciones distintas.
El Gughengeinm me gustó. Las obras constantemente están en exposición y uno siempre en movimiento, excepto en esos recovecos pequeños. En dos museos exposiciones con videos y música / será una moda. El edificio desvía la atención de las obras y a la vez las reposiciona constantemente. Se miran a un metro y de repente a 8 metros. Ese constante cambio para el arte, me gustó. No me encantó. La Casa de la Cascada (de la Paspada, según el subconsciente de un amigo después de tantas vueltas); me emocionó.
Las vueltas previas no son más una manera de acomodarse a lo que uno le espera. Los caminos limitados por árboles finitos bien verdes, las casas de las granjas, los graneros cada tanto, el olor. Todo es un preámbulo. La Casa de la Cascada utiliza unos pocos recursos repetidos que de manera maravillosa asombran una y otra vez. Wright utilizó materiales de la zona, como piedra y madera y en vez de hacer una casa que mire la cascada (postura natural para la contemplación) incorporó la cascada a la casa. Le exigieron que hiciera el proyecto, porque visitaba el lugar pero no dibujaba nada. En 6 hrs tuvo todos los dibujos.
El estar / comedor es un espacio único con sillones en los perímetros. Todo una novedad para hace 80 años, que los espacios eran divididos estar / comedor / recibidor. Tiene un hueco en el estar que básicamente está como tapado por dos techos; imaginemos una claraboya dentro de la casa, si abrimos la claraboya podemos pescar, pescar en casa sin mojarnos! (el agua corre por debajo de la casa). El piso es de piedra y la casa se apoya sobre ésta, incorporándola en algunos espacios como la cocina. Todo tiene terrazas. Los muebles y el piso también son diseño de Wright. Las ventanas no tienen protecciones así se logra mayor continuidad interior / exterior. Intención que se refuerza dividiendo los cielorrasos de los dormitorios; más elevados donde está la cama y bajan cuando se acercan a una ventana, acentuando el paisaje y la continuidad con el mismo. Hay ventanas esquineras que no tienen parante vertical en el punto de encuentro de las dos paredes, así logra que las ventanas al abrirse muestren el paisaje sin cortarse y de una forma menos plana a la clásica ventana abierta en un plano. Cuenta con 4 estufas y radiadores en toda la casa, que son de madera al igual que las llaves y tapitas de las luces.
Es una casa con 4 dormitorios; cada uno tiene baño y terraza. El segundo piso es el dormitorio del hijo del dueño de la casa, con una biblioteca y sostenedor de libro sobre la cama. El dueño de la Casa de la Cascada tenía esta casa para veranear y una con 29 dormitorios en la ciudad. Los dormitorios tienen un escritorio, una ventana que da hacia él entonces se recorta para permitir abrirla.
La casa de huéspedes recibió a Einstein!!. Ni más ni menos. Hay cuadros de Diego Rivera y lámparas de Tiffany. Esculturas en las terrazas, estoy segura que veneran el agua o la naturaleza (no sé si lo dijo la guía porque no sé inglés, pero fue mi interpretación!).
El exterior tiene una galería que asciende, cubierta por una lámina de concreto escalonada, uniendo la vivienda y la parte de huéspedes y servicios. Una obra de ingeniería que nunca necesitó un arreglo, escalonada para otorgarle más estabilidad ya que solo se apoya en los extremos en la vivienda y en la parte de huéspedes y en unos pilares esbeltos lateralmente.
La Casa de la Cascada es una obra que respeta y se acomoda a la naturaleza. Una sensibilidad única para con los espacios y la naturaleza, para la continuidad, para los sentidos. En toda la casa se escucha el sonido de la cascada. No dejo de pensar y de asombrarme con el hecho de que se proyectó hace 80 años.

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